Mesomedes de Creta
(Creta, ¿? - ¿?, siglo II)
El himno es uno de los cuatro que conservan la notación musical antigua sobre el texto. Otros dos himnos, uno a la musa Calíope y otro llamado Himno al Sol, anteriormente atribuido a Dionisio de Alejandría, han sido atribuidos a Mesomedes. Se conocen un total de 15 poemas del autor. Mesomedes continuó en el Museion en Alejandría incluso tras la muerte de Adriano en 138; la Historia Augusta cuenta que durante el reinado de Antonino Pío (86-161, gobernó el Imperio Romano de 138 a 161) su salario procedente del Estado fue reducido.
El emperador Caracalla (188-217, emperador romano de 211 a 217) honró a Mesomedes con un cenotafio (monumento funerario que no contiene el cadáver del personaje a quien se dedica). Antes del descubrimiento del Epitafio de Sícilo o Epitafio de Seikilos, a finales del siglo XIX, los himnos de Mesomedes eran la única música escrita que había sobrevivido desde la antigua Grecia.
Tres himnos fueron publicados por Vincenzo Galilei (1520- 1591, músico y compositor, padre del gran físico Galileo Galilei) en su Dialogo della musica antica e della moderna (Florencia, 1581), durante un periodo de intensa investigación sobre la música de los antiguos griegos. Estos himnos han sido preservados por la tradición bizantina y fueron presentados a Vicenzo por Girolamo Mei (1519-1594), miembro como él de la Camerata Florentina que intentó revivir el antiguo drama musical griego.
Mesomedes de Creta fue un poeta lírico griego y compositor de
comienzos del siglo II. Era un liberto del emperador Adriano (76 -
138 d.C.), para cuyo favorito Antínoo ( Bitinia, 27 de noviembre
de entre 110 y 115 - río Nilo, junto a Besa, 30 de octubre de 130,
o poco antes), parece que escribió un panegírico llamado Citharoedicus
Hymnus [(Suda). La Suda es una gran enciclopedia bizantina, de carácter
histórico, acerca del mundo mediterráneo antiguo, escrita en griego
en el siglo X]. Después de la muerte de Antínoo, en su honor se
organizaron unas competiciones musicales y deportivas, y, además de
Mesomedes, le compusieron poesías Ateneo (floreció entre finales del
siglo II y principios del III d. C.), Páncrates de Alejandría (un
poeta del siglo II) y un autor desconocido. De Mesomedes se conservan
dos epigramas en la Antología palatina y un himno a Némesis.
HIMNO A NEMESIS
El himno es uno de los cuatro que conservan la notación musical antigua sobre el texto. Otros dos himnos, uno a la musa Calíope y otro llamado Himno al Sol, anteriormente atribuido a Dionisio de Alejandría, han sido atribuidos a Mesomedes. Se conocen un total de 15 poemas del autor. Mesomedes continuó en el Museion en Alejandría incluso tras la muerte de Adriano en 138; la Historia Augusta cuenta que durante el reinado de Antonino Pío (86-161, gobernó el Imperio Romano de 138 a 161) su salario procedente del Estado fue reducido.
El emperador Caracalla (188-217, emperador romano de 211 a 217) honró a Mesomedes con un cenotafio (monumento funerario que no contiene el cadáver del personaje a quien se dedica). Antes del descubrimiento del Epitafio de Sícilo o Epitafio de Seikilos, a finales del siglo XIX, los himnos de Mesomedes eran la única música escrita que había sobrevivido desde la antigua Grecia.
Tres himnos fueron publicados por Vincenzo Galilei (1520- 1591, músico y compositor, padre del gran físico Galileo Galilei) en su Dialogo della musica antica e della moderna (Florencia, 1581), durante un periodo de intensa investigación sobre la música de los antiguos griegos. Estos himnos han sido preservados por la tradición bizantina y fueron presentados a Vicenzo por Girolamo Mei (1519-1594), miembro como él de la Camerata Florentina que intentó revivir el antiguo drama musical griego.